Muchas cosas son demasiado buenas (o demasiado malas) para ser ciertas. Y aunque los bulos o ‘hoaxes’ llegaron al mundo informático hace lustros, siguen haciendo de las suyas.
Es famosa la historia del multimillonario que desea entregar su fortuna (o sacarla de su país, las variantes son muchas), pero que antes necesita que uno consigne una suma de dinero en su cuenta; una cantidad considerable para cualquier ciudadano promedio, pero insignificante frente a la ganancia que traerá.
A Bill Gates también han querido involucrarlo en mentiras, relacionándolo con una lotería, pidiendo donaciones para sus causas benéficas o simplemente asegurando que compartirá sus millones con todos los que envíen un mensaje de correo electrónico.
Los bulos o ‘hoaxes’ pueden tener como fin saturar el tráfico de una red, desprestigiar a una persona o empresa, robar información, distribuir software malicioso, llevar a cabo una estafa o simplemente ganar audiencias (clics) con mentiras… Por eso son famosas algunas historias como las mencionadas o la del servicio gratuito de correo que comenzará a cobrar o aquellas que denuncian la presencia de un cadáver en los equipos de una fábrica de comidas u orines de rata en las latas de refrescos.
Aunque rastrear el origen de estas mentiras no es tarea fácil, algunos de sus creadores han tenido que enfrentarse a la justicia para responder por los delitos cometidos o por las crisis que desencadenaron sus historias.
Pero la gente sigue cayendo en la trampa y no lo piensa dos veces para multiplicar mensajes falsos, sin tomarse la molestia de verificar su contenido. A veces, sin siquiera sospechar de ellos.
Y aunque la tarea sigue siendo difícil en algunos casos, existen algunas claves para identificar los bulos o ‘hoaxes’ y reducir su efecto nocivo:
Tenga en cuenta que:
Ahora bien, como es claro que detectar mentiras en la red no es una tarea fácil, pruébese completando esta prueba propuesta por Voz populi.